martes, 12 de junio de 2012

República

La creación de una república, es siempre una historia de amores imposibles, de cuentas por cobrar y precios amargos, es por así decirlo, el caldo espeso de inocencia y esperanza, que alimenta todas las perversiones posibles, es la cama donde magistrados y políticos fornican con los ideales y el escenario donde las ideas se corrompen por el desgaste de una libertad que se escabulle entre las brasas de ese jugoso asado, es la desilusión de los proletarios y las clases medias y, también hay que decirlo, un cumulo de oportunidades para los habitantes que a ella aspiran, y para esos ciudadanos importantes…     …los propietarios del estado.

¿Viva la República? ¿Viva la Reforma? ¿Viva la Anarquía? —¡Viva la Libertad!

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